Amaneció en lo alto de la cumbre con un cielo despertino. Brillaban los colores con los tonos más profundos con una calidad exquisita que el máximo responsable donó a la Tierra de la vista.
Inigualable belleza que queda en la memoria recordando ése día.
Como un lucero que deja el universo con su haz de luz y vuela más lejos donde la Tierra cambia al día y se ve divina con el sol. Así la acompaño a la estrella, volando a remo sobre un mar de caprichos con el viento, que los antiguos aborígenes australianos no se atrevieron.
Hoy Lara Cellier Henríquez marcó la estela, marcó el esfuerzo profundo como su sacrificio y sus rezos donde el trabajo sin metas marcan la gloria en el corazón y en Canarias que te quiere.
Gracias por tu triunfo
La familia y el mundo que se emocionan con verte.
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