Como despierta nuestra estrella
silenciosa, dormida, como cada día
Madrugadora de un estar divino
Tierra, con la isla, continente de tanta apertura con la energía del hombre en la tierra nuestro mundo.
La luz mágica del sol, el glorioso astro del universo, que bendice como el primer día, la vida,
Honor, talento y desesperación
como agradarte mejor
El paso de la historia, los clanes del mundo
El refugio, de verme abrazado
galopando, con el triunfo
Tus rayos de colores
tu corona de rey del mundo
El sol, la bendición divina.
Hoy que he visto nacer, otro día.
Pepe Henríquez Correa.