Como un árbol que crece y tiende sus raíces para hacerse más fuerte. Como la espiga que ante la duda se pierde. Como tus besos que me quisieron como nunca a otra boca y sigo pensando en ellos. Como el calor de tus brazos cerca de mi cuello y sólo los ojos hablan de ello. Me pierdo en las ganas tu vida en mi lecho.
Para el amor, que no hay emoción sin deseo.