Como el viento que deja las crestas de las olas y se acerca a la orilla de tu costa moldeando cualquier figura de lava y fuego que partió de tu seno.
El ruido mágico, la energía que parte del misterio con las formaciones del cielo y se convierte en temporal o huracán según se convergen los designios del momento.
Viento que manejas el antojo de toda la fuerza, vivir con la Tierra.
Así se comporta el amor cuando se siente el amor y mueres por ello.