La tierra, la siembra, la cosecha, la familia, el modo de ver la vida, con todos los sacrificios que conlleva.
La pasión sin límites con esas ideas y vivir sin metas.
La mañana que alumbró tu vida en tu costa de verdes racimos en un mar de esmeralda a veces en calma y otras enfurecido.
El viento que no apagó la luz en tus ojos y te vió más fuerte después de los remolinos
La familia, la cosecha el abrigo de tus manos rompiendo la tierra.
La carga pesada, el hombro que aguanta y tu sonrisa, la más alegre de Gáldar.
Descansa en paz, amigo del pueblo, gracias.
¡Dios que te aguarda!.
Félix Santiago Melián