Se hace el silencio atroz en todo el estadio antes de la prueba. La concentración particular de cada concursante en el exclusivo momento de vivir las olimpiadas se siente en la mirada. El reloj de la sincronía comienza con la salida y el pulso personal de cada deportista hace vibrar las emociones de los espectadores en una global atmósfera contagiosa de aplausos y del clamor de la victoria.
Bravo para todos y todas los las participantes de las olimpiadas de Paris.