Volver al encuentro de Tú pesebre con la arena , ése rato del nacimiento con el milagro que marca la historia de los cristianos en la Tierra. Nuestro señor Jesucristo, la fe con la iglesia. Una más que decide en la mente en busca del equilibrio ancestral, la vida con el bien, sin desfallecer hasta el final, con la muerte.
Volver a verte, la pasión de tus pasos cargado de dolor hasta la cima del monte Calvario. Donde sin dudarlo Tú muerte en la cruz resucitó con el milagro entre los muertos tanta pena con el ahogo del mundo , que no tiene orilla ni paso firme para estar a salvo ante la tempestad de los pueblos que piden la gloria.
Las heridas de la corona, la sangre que no se seca y sigue viva, con las tormentas del desierto. Verte de nuevo para ser testigo, la vida que sin Tú ejemplo, no haya la raíz para elegir la templanza con el mundo nuevo y Judas como testigo con el mal, hasta por siempre.
El camino lleno de laberintos que siempre tiene un final y será más fácil elegir el de la verdad con el bien .
Por el bien del mundo, vivir con Tú encuentro en la Semana Santa y encontrar la paz.