La ventana que se abre al cielo, y deja a la vista la incalculable grandeza de los Aztecas.
Hoy como ayer pasé, por mis recuerdos. La incalculable transformación de la materia al día de hoy. La posibilidad de unir un mundo con otro. Las toneladas de las piezas que se mueven y encajan como con arte de mágia y él hecho, de ver tanta transparencia sin ninguna dificultad que se mueve en el tiempo y en el espacio. Agradezco al equipo, al grupo organizador por mi amigo del alma Feli. Y a tanta victoria del corazón por verme involucrado en ésta gran faena, la empresa que se queda para siempre en el corazón.
Y a veces, se duerme para despertar en emocionado de alegría y verte rodeado de un mundo de pasión que jamás se hubiera visto donde estaba dormido y perdido, porqué yo, como en la persecución de los conquistadores vió y doy fe la vida con todas sus maravillas.
Qué vivan los amigos los qué con el corazón mueven montañas de vidas y de historias para recorrer en moto, con La montura que no desfallece y aprieta con los dientes para buscar más aventuras.
Para ti, como en el mismo día, un tiempo de inspiración por vernos así de juntos e involucrados. Los aeropuertos y después mucha moto!!!.
Un abrazo que se quedó en el Machu Píchu, para volver al recuerdo, las ganas de repetir.
Hoy que me acuerdo cómo siempre. De aquellos momentos.
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