La saga de los Henríquez.
El tiempo que no hace mella con las ganas y el cariño.
Ver de nuevo la sangre que palpita, la luz en los ojos que despiertan maravillas los abrazos fundidos con ese honor de quererte y querernos con ese rato que sabe a besos y nos morimos de risa.
Por la familia, que si a veces no estamos físicamente lo estamos con el corazón en la mano y con ése afecto que no muere y se siente tan agradecido.
Para todos, mi familia Henríquez.
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