La primavera ha llegado y de nuevo traje se ha bañado, en letrada espera del invierno calmado, ya no existe monte ni valle desnudo, que todo se viste de ese verde amarillo alfombra de mi camino. ¡Oh tierra! cuanta alegría llevas contigo, cuanto color de verde navío, que pinceladas jamás logradas, haces lucir con cariño, y mientras el sol padece, nuevos colores ofreces, ya se viste de rosa la montaña rocosa, y acompañando su ida, esperando la nueva nacida, se oye el canto de un jilguero enamorado, posado sobre las coloradas aguas del río.
No hace mucho, como en el tiempo de contar tus años Tierra, lo alegre sin pena, al día siguiente para ser más bella, en todo el recorrido de la naturaleza, paraísos de un dios divino, que quizo como jardín, que vinieras al mundo y compartir tu riqueza.
¡Para el Hombre!, que todavía estás a tiempo, de reconocer los errores, y como en el parto, al abrir los ojos, ante la luz de la vida, sea para siempre el cambio que necesitas, tu, la Tierra con la vida.
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