Como tuvo que ser el encuentro
Se prepararon desde las calas Sicilianas
Palermo dando el visto bueno, Marenostrum con toda la industria naval, a los pies de gobernar el mundo.
Cruzaron las primeras tormentas, en pie de guerra, capitán de un navío, tan libre como el viento.
Mares de aguas profundas, azul en la superficie, y oscuro en los sueños
Monstruos del silencio, sin ver el final de las pesadillas, por llegar a puerto.
La fe en mi barco, olas que decapitán el mérito..
Y llegar a tu orilla, Las Afortunadas, El Jardín de las Hespérides, las ninfas guardianes de los dioses con la tierra, islas del atlántico, que emergen como un collar
de incalculable valor, las ocho perlas doradas, con la gracia del sol
¡Canarias! mis islas.
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