Mi tierra, mis cumbres, mis barrancos
Mis pasos que no duermen nunca
La respiración profunda
el aliento, sin descanso.
He aquí desnudo, de riqueza, superficial
Para qué, los lujos, que se repiten, si te tengo.
El espíritu, que llama a la calma
ante tanto milagro, con la vida.
La roca, la piedra, y el lecho de verte dormida.
Y llegar a tus brazos
para pronto saber, de tus labios.
El cuerpo, de mis ganas, contigo
Tejeda, que te amo.
Hoy 22 de mayo, con la alegría, la primavera
que repite, con tu paso.
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