Las motos, todas las marcas de cualquier fabricante del mundo, se rinden ante tanto antojo, por hacer lucir el espectáculo del escaparate ante tanto gusto. Mi amigo y el de todos que tiene nombre, aquí en Gran Canaria, Feli Santana.
Dicen y es, el padre de Las Viejas Glorias, cuanto mérito en tu afán desbordado, historias que ven la luz con tus relatos, como ayer en nuestro día. Máquinas que son y eran de explosión con la energía de esa chispa que da la bujía para hacer rodar el motor del mundo, cualquier transporte y dados a la emoción, con las carreras, las más locas. Esas dos ruedas que tienen nombre exclusivo y ruidos profundos jamás conseguidos en el teatro con la orquesta, según la marca. No hay antojo por ninguna y se convierte en el marcó de la vida, recuerdos que nadie olvida.
Tu presencia en el mundo como enciclopedia, de tantos relatos y reportajes de las vivencias que haces nuestro el orgullo.
Hoy como siempre agradezco tu mérito tener el recuerdo.
Gracias amigo.
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